PREVENCIÓN DESDE EL ÁMBITO FAMILIAR
El consumo de alcohol, cigarrillo y otras drogas por parte de los jóvenes es una preocupación para la mayoría de las familias y para la comunidad en general. Hay muchos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de que una persona joven comience a consumir alcohol u otras drogas. Cuantos más factores de riesgo existan, mayor es el riesgo. Los factores de riesgo incluyen:
Factores familiares:
- Conflictos familiares; hogares donde se discute constantemente utilizando insultos, gritos y lenguaje vulgar.
- Ausencia de normas claras o reglas de comportamiento demasiado laxas.
- Padres muy autoritarios, que además pueden utilizar castigos demasiado severos o inconsistentes.
- Familias que viven en extrema pobreza.
- Antecedentes familiares de abuso de drogas
- Padres que usan alcohol u otras drogas y/o tienen actitudes positivas hacia el consumo de drogas.
-Presencia de alcohol, cigarrillo u otras drogas en el hogar, en el barrio o en los sitios que el joven frecuenta.
- Falta de afecto y/o acompañamiento.
Aunque ningún factor de riesgo lleva necesariamente al consumo, la presencia de uno o algunos de ellos puede contribuir al inicio de la adicción. Las investigaciones indican que los mismos factores de riesgo que influyen en el consumo de drogas entre los jóvenes pueden influir en otros problemas tales como la delincuencia, problemas de salud mental, embarazos en la adolescencia y adquisición de infecciones de transmisión sexual. También se ha demostrado que es posible reducir los riesgos del consumo de drogas mediante el fortalecimiento de ciertos factores familiares de protección para los jóvenes. Algunos de estos factores protectores incluyen:
- Buena comunicación entre padres e hijos (respetuosa, constante, adecuada y oportuna)
- Familias que pasan tiempo juntas
- Estilos de crianza adecuados (Ni muy autoritarios, ni muy permisivos)
- Establecimiento de normas claras y reglas de comportamiento
- Dialogar a tiempo sobre las drogas en el ámbito familiar
- Demostraciones de afecto, elogios y reconocimientos que faciliten el desarrollo de la autoestima en los hijos.
- Padres que conocen a los amigos de sus hijos, saben dónde y con quién están y están pendientes sus horarios y actividades.
- Hogares donde los hijos se sienten respetados y apoyados.
Las estrategias más eficaces de prevención de drogas son aquellas que enfrentan más de un factor de riesgo, están integradas en toda la comunidad (familias, colegio, medios de comunicación, comunidad en general) y se dan a través de la infancia y la adolescencia. Estas estrategias incluyen la intervención familiar, educación de los padres, educación sobre las drogas en el colegio, manejo de conducta, y restricciones a la venta de alcohol, tabaco y otras drogas.
Las familias juegan un papel vital en la prevención de la drogadicción. En colaboración con los colegios y la comunidad, las familias pueden prevenir, retrasar o reducir los riesgos del consumo de drogas en los jóvenes.
Es importante que los padres hablen abiertamente sobre el alcohol y otras drogas con sus hijos. No es fácil levantar bien una familia en la sociedad actual, algunas personas sienten que no tienen el conocimiento, las habilidades o el apoyo que necesitan. Los programas que ayudan a los padres y a los colegios a desarrollar habilidades de gestión familiar y proporcionar apoyo en el hogar son cada vez más importantes. Estos programas pueden ayudar a los padres a desarrollar la capacidad de sus hijos para hacer frente a los desafíos del crecimiento, incluyendo el desarrollo de actitudes responsables y comportamientos de evitación hacia el alcohol y otras drogas.
El daño causado por la adicción no se limita al adicto, sino a su familia y a su entorno. La prevención debe ser una preocupación de todos. Los programas de apoyo a las familias tienen por objeto promover relaciones saludables y felices dentro de los hogares, que pueden ser una estrategia eficaz de prevención del uso de drogas. Su eficacia puede fortalecerse cuando existe el apoyo de las instituciones educativas y de la comunidad en general. Todos, los padres, las familias, los colegios, las comunidades y los gobiernos podemos trabajar juntos para prevenir el consumo de alcohol, cigarrillo y otras drogas entre los niños y jóvenes.