PRESENCIA DE DROGAS EN LOS COLEGIOS
Según el segundo Estudio Nacional de Consumo de Sustancias psicoactivas en la población escolar colombiana, uno de cada cuatro jóvenes entre los 11 y los 18 años dice haber consumido cigarrillos alguna vez en su vida, el 40 por ciento ha bebido alcohol y un 12 por ciento dijo haber probado al menos una sustancia ilícita. Los datos revelan que los estudiantes de colegios privados reportaron mayor uso de sustancias respecto a los públicos. La marihuana es la droga ilícita de mayor consumo con un 7 por ciento de consumidores.
Esta problemática no se presenta solo en Colombia, sino en el mundo entero. La Unión Europea detectó en 2011 la aparición de 49 nuevas drogas, exactamente el doble que dos años antes, un negocio en el que está involucrado el crimen organizado y que crece a un ritmo sin precedentes. Esta es la principal conclusión de un informe divulgado por el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (OEDT), con sede en Lisboa, y que considera que la proliferación de sustancias psicoactivas desconocidas hasta ahora supone un reto para los organismos que luchan contra el tráfico de estupefacientes.
De estas 49 nuevas drogas, 23 son de tipo sintético cannabinoide, 8 pertenecen a la categoría de "cathinones sintéticos" -derivados de la catinona- y otras 5 proceden de la familia de la feniletilamina, concida como la "droga del amor" por ser uno de los compuestos químicos producidos de forma natural por organismo que juega un papel fundamental en el proceso de enamoramiento.
Entre las 13 restantes aparecen varios derivados de drogas controladas (medicamentos) así como sustancias pertenecientes a familias químicas relativamente nuevas o de las que apenas habían sido encontradas hasta ahora un pequeño número de muestras.
Las nuevas sustancias se han convertido en un fenómeno global que se desarrolla a un ritmo sin precedentes. La velocidad con la que aparecen estas sustancias en el mercado se refleja no solo en el número de compuestos, sino también en su diversidad y en cómo son producidas, distribuidas y comercializadas.
Según los datos recogidos por la OEDT y Europol, la mayoría de estas sustancias son fabricadas en el extranjero, sobre todo en China y, en menor intensidad, también en la India.
Con la producción situada fundamentalmente fuera de Europa, ha surgido un nuevo nicho de mercado muy lucrativo y han aparecido instalaciones para su importación, mezcla y empaquetado en el continente europeo. Estos productos son vendidos principalmente a través de internet y en tiendas especializadas como alternativas legales a drogas comunes como la cocaína, las anfetaminas o la marihuana.
Según el informe, la producción inicial de este tipo de sustancias es muy barata y puede generar fáciles beneficios a grupos de crimen organizado así como a empresarios que las produzcan. El director de Europol, Rob Wainwright, abundó en esta misma idea y subrayó que Internet es usado por estas bandas organizadas para vender nuevas drogas ilegales, por lo que consideró que la Unión Europea debe asegurarse de que quienes luchan contra el narcotráfico cuenten con un sistema operativo moderno y las herramientas legales adecuadas para combatir estos casos con efectividad.
La educación debe ir mucho más allá de la simple instrucción en áreas como las matemáticas, la filosofía o las ciencias. Es necesario fomentar las competencias, los valores y las habilidades para la vida. Esto comienza en los hogares, la familia es el nucleo fundamental del desarrollo de todo individuo, sin embargo, la institución educativa es su segundo hogar y los maestros deben ser modelos y figuras de autoridad, confianza y buen ejemplo.
Un ambiente escolar negativo puede contribuir al desarrollo de conductas como la violencia, el abandono escolar y hasta el inicio en el consumo de drogas. Los maestros desempeñan un rol importante de guía y apoyo para sus estudiantes, que a la vez contribuye al afrontamiento eficaz de los riesgos, el desarrollo personal y el bienestar escolar. Los profesores y la comunidad educativa en general deben estar atentos en los salones de clase, durante el descanso, cuando los alumnos llegan y cuando se van, para detectar tempranamente posibles señales de alerta. Los cambios repentinos en el comportamiento de algún(os) estudiante(s), rumores sobre consumo de alcohol, cigarrillo u otras sustancias, alumnos con ojos rojos o que presentan somnolencia extrema o conducta atípica, presencia de frascos con líquidos de origen desconocido, entre otros, son algunas de dichas señales. También hay que estar atentos ante trastornos de alimentación (anorexia y bulimia), riñas entre estudiantes, casos de depresión, ansiedad, disminución repentina en el rendimiento académico y el ausentismo escolar.
Si existe alguna sospecha o se comprueba que el problema existe, hay que tomar acciones de inmediato. Hablar con el estudiante y con sus padres, esclarecer la situación y brindar la ayuda necesaria, ya sea dentro del colegio o mediante la intervención de un profesional externo. No debe olvidarse que los profesores son también los ojos de los padres en el colegio, y que una buena relación entre los educadores y los niños es fundamental para alejarlos de las drogas y ayudarles a construir un futuro mejor.